¿Por qué no usamos el reloj en la mano dominante?


La mayoría de las personas que utilizamos reloj lo colocamos de forma automática, pero ¿existe una norma social con respecto a dónde debe llevarse?
El uso más frecuente es en la muñeca izquierda, debido a que la mayor parte de la población es diestra. De forma tradicional el reloj se ha colocado en la mano contraria a la dominante.

¿POR QUÉ ES ASÍ?

Las razones para que el reloj se ponga en la mano contraria son eminentemente prácticas. En primer lugar, hay que tener en cuenta que nos permite trabajar con la mano dominante sin que interrumpamos lo que hacemos si quisiéramos mirar la hora.


Al escribir, el reloj y su correa podrían molestar al usuario, algo que no ocurre con la mano no dominante. Tener que parar alguna actividad para mirar la hora podría tener consecuencias fatales en determinados contextos, como ocurre en el ámbito donde se originaron los primeros relojes: la aviación.


Además, usamos constantemente la mano dominante, si lleváramos el reloj en dicha mano se expondría a golpes y fricciones.
Los primeros relojes de pulsera necesitaban que se les diera cuerda varias veces al día, algo que precisaría del uso de la mano dominante para poder hacerse con facilidad.

¿Por qué a veces se pone en la otra muñeca?

En ocasiones, por ser un complemento vistoso, símbolo de poder y riqueza, se coloca deliberadamente en la muñeca dominante. Puede ser una manera de distinguirse o intentar diferenciarse de lo tradicional de manera simbólica.


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